La versión incompleta de un hit – The Rolling Stones
El verano boreal de 1965 fue inusualmente tórrido, especialmente en Estados Unidos luego de que The Rolling Stones editaran su himno sexual I can´t get no (satisfaction), tres semanas después de haberlo compuesto y grabado. Hoy parecería apresurado sacar un disco a sólo veinte días de haber escrito el tema: los tiempos son otros, las grabaciones se estiran, la habitual maquinaria de la industria remite a plazos de entregas, publicidad, marketing, etc… Hasta el propio Keith Richards opinaba que al tema le faltaba algo importante cuando lo registró. De hecho, ni quería que fuera lanzado como single. Mick Jagger le daba la razón, mientras que el resto del grupo y el propio mánager de la banda Andrew Oldham estaban desesperados por arrojarlo al mercado.
La historia registra algunas contradicciones en cómo fue gestada la canción. Algunas fuentes indican que a Richards lo asaltó la inspiración en su departamento del norte de Londres, en el barrio de St John´s Wood, semanas antes de emprender una gira por Estados Unidos. En otros registros consta que sucedió la noche posterior a un show que los Stones dieron en Florida el 6 de Mayo, ya en territorio norteamericano. La primer versión es la del guitarrista, cuya memoria exacerbada de vodka y naranja, recuerda que él estaba entre novia y novia en aquellos tiempos, viviendo solo, en un piso de Carlton Hill, Londres. Lo que recoge Oldham en su biografía y varios biógrafos, además de compañeros de banda, establece la segunda opción como válida.
De acuerdo a esa versión, al caer rendido en su cuarto del sexto piso en el Jac Tar Harrison Hotel, también conocido como Fort Harrison Hotel de Clearwater, Florida (hoy el edificio es propiedad del FLAG, el centro de Cientología de la Costa Este), Keith se llevó a dormir en su cabeza el riff de guitarra del tema Dancing in the Streets, de Martha and the Vandellas, muy popular ese año en Norteamérica. Se despertó sobresaltado, con un motivo de guitarra zumbándole en el cerebro y atinó a poner un cassette en un grabador Phillips manual que descansaba al costado de la cama, y grabó ese sonido con una guitarra acústica antes de olvidarlo y volver al sueño. La cinta siguió grabando casi cuarenta minutos de ronquidos profundos. A la mañana siguiente, cuando despertó, Keith se dio cuenta de que en esa cinta estaba el germen de una canción y se la llevó a Mick Jagger para que le pusiera letra. También le obsequió el título de la canción y parte del estribillo, extraídos del tema “Thirty days” de Chuck Berry, que incluye el verso “I can´t get no satisfaction from the judge”, Mick escribió el resto del tema al borde de la pileta del hotel.
Como los Rolling Stones estaban en medio de una extensa gira por Estados Unidos, tenían pocos días libres entre show y show, y sin perder tiempo, Andrew Oldham, astuto y práctico, les robó unas horas de su descanso para grabar algunos temas en los míticos estudios del sello Chess. Chess Records, en Chicago, era la meca para los Stones, allí grababan sus ídolos: Chuck Berry, Muddy Waters, Bo Diddley, Howlin´Wolf y muchos otros. Ya conocían los estudios, ya que el año anterior habían grabado allí y pudieron incorporar ese groove tan especial que impregnaba el lugar. Además, en América estaban haciendo de soportes de Don Covay y Otis Redding, siendo ese contacto estrecho uno de los pilares para que ellos encontraran el ritmo negro del funk y el soul para mezclarlo al repertorio blusero que ya llevaban consigo. Al final de la sesión del 9 de Mayo, grabaron una toma de Satisfaction, con Brian Jones en armónica y Keith Richards en guitarra acústica. Pero el sonido no cuajaba, y Keith pensaba que sólo serviría como lado B de algún single.
Unos días después, cuando la gira los llevó a Hollywood, en Los Angeles, Oldham volvió a rentar horas para grabar, ahora en los RCA Studios. Tenían dos días, el 12 y 13 de Mayo para registrar más temas, y volvieron a intentarlo con Satisfaction. Richards quería probar con una sección de vientos, pues aducía que su sonido le llenaba la cabeza, pero no contaban con una disponible, y el tema volvió a parecer flojo y desabrido. Luego, el guitarrista lo intentó con la guitarra eléctrica y los amplificadores al mango… hasta que los quemó y hubo que seguir al día siguiente.. Necesitaba reemplazar los vientos por más distorsión en la guitarra pero no se le ocurría cómo hacerlo, hasta que el tecladista y amigo Ian Stewart se acordó de un aparato inventado por la fábrica Gibson que había escuchado en el tema de Billy Strange “Zip a dee do dah”: el Fuzz Tone Box. La pequeña caja negra podía servir. El propio Ian corrió a Eli Wallach´s Music City, una tienda de instrumentos que quedaba a la vuelta de los estudios RCA, para encontrar una cajita antes de que cerraran. Volvió y le dijo a Keith: “probá con esto”. Y probó. Y quedaron todos encantados, el sonido era novedoso, se integraba perfectamente a la canción.
Glyn Johnson, ingeniero de grabación de muchos discos de sus majestades satánicas, cuenta que estaba seguro del éxito de una toma en el estudio cuando Keith no le dirigía palabra, cuando ni siquiera lo miraba. Solamente lo escuchaba cuando a Richards le parecía que una sesión andaba mal o algo lo disgustaba. A lo largo de todos los años que grabaron juntos, el guitarrista no lo saludó ni le agradeció ni una sola vez. Eran los años en que Richards vivía colocado, y esa era su forma de manejarse. Esa vez estuvo calladito…
La letra de Jagger, por momentos inocente, por momentos hasta procaz, despertó a muchos adolescentes a la sexualidad, y algunos versos fueron objeto de censura por parte de los organismos que regían lo que podía escucharse por radio. Cuando la tocaron en televisión, por ejemplo el 13 de Febrero de 1966, en el show de Ed Sullivan, tuvieron que tapar con un beep parte de la letra que en el original dice “Trying to make some girl” (tratando de hacerlo con una chica), dado que el programa se emitía a millones de hogares y era visto por adultos pero también por multitud de niños. Hasta el título de la canción, quería decir lo contrario a lo que se suponía, pues está gramáticamente mal formulada la frase: hay nos negaciones en ella contraponiéndose. De esta manera, al igual que en la matemática, dos negaciones equivalen a una afirmación: puedo obtener satisfacción.
La mezcla del tema fue hecha a las apuradas por Andrew Oldham el mismo día de la grabación en Los Angeles. Mientras el grupo continuaba su gira por la cosa oeste, el mánager viajó a Nueva York para masterizar las pistas del simple, que por cara A llevaría finalmente a Satisfaction y en el lado B el tema “The under assistant West Coast Promotion Man”.
A pesar de haber quedado bien la grabación de Satisfaction, Keith Richards pensaba que debía continuar agregándole cosas a ese track, en su cabeza seguía funcionando mejor con una sección de vientos. Por eso, cuando tres semanas después, aún en Estados Unidos, escucharon el tema por la radio, tuvo una doble sensación: felicidad, porque el tema parecía gustar y abrirle la puerta en todos lados, pero también bronca, porque él sabía íntimamente que podría haberlo dejado mucho mejor si le hubiesen dado tiempo. Después de tantos años, de todas maneras, se hizo a la idea de que Oldham estuvo bien en editarlo rápidamente: algunas canciones encuentran su gusto aun cuando parecen incompletas y el que finalmente decide es el público que escucha y compra los discos.

Meses después de haberse lanzado en simple el tema por los Rolling Stones, Otis Redding grabó una versión que a todas luces refleja lo que Richards originalmente tenía en su cabeza: más allá de varios cambios en la letra, en la grabación de Redding una sección de vientos reemplazaba al efecto de la Fuzz Tone Box en el riff de guitarra. Y Keith recién ahí, sintió terminada su obra. A partir de escuchar la versión de Otis, los Stones recrearon en vivo ese sonido particular de los vientos, dándole un toque más soulero a la canción.
El éxito de la versión de Otis Redding cambió el paradigma creado varios años antes por la llamada invasión británica de las bandas de rock en Estados Unidos. Los grupos británicos que conquistaban América, lo hacían tomando como punto de partida las canciones que conocieron a través de sus intérpretes originales, es decir, los cantantes de blues y soul que grababan básicamente para los sellos Chess, de Chicago, Stax, de Menphis y Motown, de Detroit y luego situado en California.
Otis, con su grabación de “Satisfaction” (así, a secas) en su disco Otis Blue, fue el primer artista de raza negra en tener un hit con un tema original de un grupo de la Invasión Británica.
Satisfaction, según su principal creador, es una de las canciones que más le cuesta tocar a los Rolling Stones, no es una canción sencilla para hacer sonar bien, a veces parece floja, débil, su groove es muy característico pero difícil de encarar sin una sección rítmica muy afiatada. De hecho, la banda pasó mucho tiempo sin tocarla, y cuando la volvieron a hacer sobre un escenario, casi que copiaron el sonido Stax. No por nada Otis Redding tenía en su banda a Booker T and The MGs con Steve Cropper en guitarras, quien sugirió a Otis probar con ese tema.
Mick Jagger cuenta siempre que Satisfaction hizo que la banda saltara de tocar en pequeños escenarios a ser un monstruo que llenaba estadios. Ese tema los hizo famosos apenas se escuchó en la radio, ratificado por la presencia en sincronía de los Stones girando por Estados Unidos. El momento preciso. La banda no quiso que saliera el simple en el Reino Unido hasta tener tiempo de presentarlo con shows en su país. Así, el lanzamiento en su tierra natal fue en Agosto. Se aseguraron el número 1 a ambos lados del Atlántico: cuatro semanas seguidas en EEUU y dos en Inglaterra. El camino ya estaba pavimentado para la música de sus majestades.
Ese verano hizo mucho calor por aquel hemisferio y los parlantes despedían fuego para quemar la insatisfacción. Los Glimmer Twins ganaron confianza y se hicieron poderosos con sus composiciones. Eso, y un arrasador paso por los escenarios, les aseguró décadas de hits y récords por vencer.
Bibliografía de Consulta:
Vida, Keith Richards
Rolling Stoned, Andrew Loog Oldham
Sound Man, Glyn Johns
Rock is Here – Londres, Marcelo Lamela
1965-The Most Revolutionary year in music, Andrew Grant Jackson